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Liturgia diária › 16/08/2018

Liturgia Diária 16/08/2018 – 19º Semana del Tiempo Común – Jueves

Evangelio (Mateo 18:21–19:1)

Evangelio (Mateo 18:21–19:1)

— El Señor esté con vosotros.

— Y con tu espíritu.

— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo. 

— Gloria a Ti, Señor.

21 Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» 22 Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»
23 «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. 25 Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. 26 Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: “Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré.” 27 Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. 28 Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: “Paga lo que debes.” 29 Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: “Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré.”
30 Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. 31 Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. 32 Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: “Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. 33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?” 34 Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.»
1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán.

— Palabra de la Salvación.

— Gloria a Ti, Señor.

Homilia

En la transfiguración y en la vía de adoración, nuestro ser deja resplandecer la presencia de Dios en nuestra vida

“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevo a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos” (Mc 9, 2)

Hoy, celebramos la Fiesta de la Transfiguración del Señor, una anticipación de la Resurrección, la fiesta que nos muestra que, aún caminando en medio de la gran Vía-sacra de la vida, en medio a las flores y espina, a los dolores y alegrías humanas, el Señor nos quiere transfigurados y transformados. El Señor se transfigura ante nosotros para decir que el Reino de Él esta presente en nuestro medio.

La Palabra dice que Él tomó por la mano Pedro, Santiago y Juan, para llevarlos a un lugar aparte, sobre una alta montaña. El ‘alto’ es el lugar de nuestro encuentro con Dios. En el alto, nos rebajamos y vemos la grandeza de Dios.

Solo contemplamos la presencia amorosa de Dios entre nosotros cuando nos dejamos conducir por Jesús. Él tomó a Pedro, Santiago y Juan por la mano, y desea tomar a todos nosotros sin retirarnos de todo lo que hacemos para estar a solas con Él. Necesitamos permitir que Jesús nos quite de aquello que hacemos, que sea por un tiempo, por una hora o media hora.

Que bendición cuando quitamos aquel tiempo, aquel momento del día para buscar una iglesia y allí hacer nuestra adoración silenciosa y amorosa. No va allá para hacer varios pedidos, va para ser transfigurado por la presencia de Jesús. ¡Que bendición cuando alguien decide hacer un retiro, sea en un grupo o personalmente! ¡Que bendición cuando alguien se retira para una montaña, para algún lugar desierto para estar en la presencia de Dios! La presencia de Él nuestra vida nos transfigura, nos transforma y retira de nosotros todo aquello que nos mantienen conectados a ese mundo.

La transfiguración es la transformación de nuestros sentidos; nuestros ojos contemplan Dios, nuestros oídos lo escuchan y nuestra boca habla con Él. En la oración somos transfigurados y transformados, y nuestros sentidos se vuelven para el Señor. En la transfiguración y en la vía de adoración, nuestro ser deja resplandecer la presencia de Dios en nuestra vida.

Que, en la Fiesta de la Transfiguración del Señor, podamos buscar, en el camino de la oración, la transformación y la transfiguración de nuestra propria vida.

¡Dios te bendiga!

Fonte: Homilia Canção Nova https://homilia.cancaonova.com/es/homilia/busquemos-na-via-de-oracao-a-transfiguracao-da-nossa-vida/?sDia=6&sMes=08&sAno=2018